Alí, a sus 27 años, ha recorrido un largo camino en el mundo del patinaje de velocidad. Su travesía comenzó a los 9 años, impulsado por su madre, quien siempre lo motivó a participar en diversas actividades deportivas. Probó natación y otras disciplinas hasta encontrar su verdadera pasión en el patinaje. El 8 de noviembre marcó el inicio de su carrera competitiva, un día que cambiaría su vida para siempre.

Desde el principio, Alí mostró un fuerte espíritu competitivo. La velocidad, el sonido de las ruedas y la adrenalina de la pista lo cautivaron. Para él, patinar no era solo un deporte; era una forma de sentirse invencible y libre, una sensación que lo impulsaba a seguir adelante incluso cuando sus pies dolían.

A lo largo de sus 17 años de carrera, Alí enfrentó muchos desafíos. Uno de los más significativos fue su retiro del mundo de las competencias, que culminó con un maratón de 42 km bajo condiciones extremas. La velocidad alcanzó los 80 km/h y los accidentes fueron numerosos. Este evento dejó una marca profunda en él, tanto física como emocionalmente, pero también lo motivó a seguir adelante. Todo esto mientras equilibraba la presión de sus estudios en medicina legal, que demandaban gran parte de su tiempo y energía.

A pesar de estos obstáculos, Alí nunca dejó de patinar. Su madre, una figura constante de apoyo, lo animó a continuar incluso cuando él quería rendirse. Con el tiempo, Alí no solo se convirtió en un atleta de alto rendimiento, sino también en un entrenador dedicado. Encontró una nueva pasión en enseñar y motivar a otros, y ver el progreso de sus alumnos se convirtió en una de sus mayores satisfacciones. Para él, subir al podio no es solo un logro personal, sino una motivación constante para sus estudiantes.

La experiencia de Alí como paramédico también ha sido crucial en su carrera como entrenador. Aprendió a mantener el control en situaciones caóticas, a calmar a los padres preocupados y a manejar grupos grandes con eficacia. Estas habilidades se reflejan en su enfoque al entrenamiento, donde la técnica y la seguridad son fundamentales.

Para quienes están comenzando en el patinaje de velocidad, Alí enfatiza la importancia del equipo de protección personal adecuado y una buena técnica. Siempre lleva consigo unos calcetines que considera de la suerte en cada competencia o entrenamiento importante, y se siente invencible con su casco, lentes y guantes. Cree firmemente que el uniforme no solo da identidad, sino que también empodera a sus alumnos, motivándolos a ser ganadores.

El patinaje ha enseñado a Alí a enfrentar sus miedos y superar desafíos. Para él, es una combinación de juego, entrenamiento, habilidad y coordinación. Aunque te caigas, es esencial resistir y seguir adelante. Su consejo es intentarlo, sin importar cuánto miedo tengas; esto aplica tanto para los niños como para los padres. Alí también ha notado que hay más niñas que niños en este deporte, ya que son más competitivas, apasionadas y comprometidas.

Para Alí, el patinaje es libertad y energía. También subraya la importancia de la constancia, disciplina y esfuerzo físico, destacando que todo esto es un compromiso con uno mismo. Estos elementos no solo mejoran las habilidades en el patinaje, sino que también impulsan el crecimiento personal. "Lo que distingue a un buen patinador de uno excepcional son sus objetivos y la pasión con la que los persiguen", comenta Alí.

En México, el patinaje está tomando fuerza, con más oportunidades para conseguir patines y espacios para practicar. El patinaje te da vida, te ayuda a despejar la mente, a dormir bien y a mantenerte saludable. La lección más importante que Alí ha aprendido del patinaje es que cumplir tus sueños es posible.

Él, como tú, tiene una historia para contarnos, para inspirarnos, para motivarnos.